Cuando a mediados de la década de los 2000 la recién creada compañía Aire Ancient Baths buscaba emplazamiento para abrir su segundo centro, todos los elementos se conjugaron para que escogiera Barcelona. Después de inaugurar su primer espacio en Sevilla en 2004, los impulsores optaron por reproducir su modelo en otra gran ciudad. La capital catalana fue la seleccionada de entre otras barajadas, tras hallar el local ideal gracias a una ardua búsqueda: un antiguo almacén junto al histórico mercado de El Born. En este, el silencio sólo roto por el chapoteo del agua trasladan al visitante a una experiencia de bienestar y relajación, en una oscuridad sólo rota por la luz de las velas y una azul agua cristalina que vibra en sus instalaciones.
Desde que Aire abrió en Barcelona en 2009, la empresa se ha expandido hasta disponer de ocho centros en cuatro países. Ahora, se les sumarán tres centros más, que se ubicarán en Nueva York, Los Ángeles y Toronto. Todos replican el modelo que caracteriza a Aire Ancient Baths: una atmósfera de calma marcada por el murmullo del agua, una iluminación suave a base de velas, música y fragancias propias; siempre enclavado en edificios emblemáticos, habitualmente con paredes al desnudo de obra vista y un refinado estilo industrial.
Encontrar el local adecuado no es sencillo, ya que los requisitos son numerosos: los establecimientos deben sumar al menos 2.000 metros cuadrados, ubicarse en espacios históricos y barrios cool, y deben admitir alquileres de al menos 25 años. ¿El motivo? Los centros de relajación de Aire requieren una inversión y obras de gran calado que exigen una garantía de permanencia, dentro de una estrategia en la que optan por el alquiler y no por la compra. “Preferimos meter el dinero en el negocio” y no en propiedades, relata el director general del grupo, Amadeo Serra.
Los nuevos centros se suman a los que ya dispone la empresa en Nueva York, Chicago, Copenhague, Londres y Almería, además de los de Sevilla, el de capital catalana y Vallromanes
La búsqueda de locales para el plan de expansión internacional ha culminado en los proyectos de Nueva York, Los Ángeles y Toronto, el primero que Aire Ancient Baths abrirá en Canadá. Por el contrario, será el segundo que inaugure en la Gran Manzana: ya cuenta con un centro en el barrio de Tribeca, y el nuevo se situará en el Upper East Side a partir de primavera. “Nueva York es una ciudad de ciudades” y cada barrio es un universo, por lo que la empresa ha optado por este segundo centro en la metrópolis neoyorquina. Ofrecerán tratamientos distintos en los dos establecimientos, y el del Upper East Side tendrá un relevante elemento diferencial: una piscina de cristal colgante. “Damos un salto mortal”, enfatiza Serra. Pese a esta llamativa instalación, prevén que el centro de Tribeca sea el flagship de la empresa, para lo que lo reformarán y ampliarán este año. La apertura del centro de Toronto llegará la primavera siguiente, y el de Los Ángeles estará listo en 2026. Será el más grande del grupo, con 2.400 metros cuadrados, y ofrecerá la experiencia de bienestar en el Arts District.
Los nuevos centros se suman a los que ya dispone la empresa en Chicago, Copenhague, Londres y Almería, además de los de Sevilla, el del barrio de Tribeca de Nueva York y el de capital catalana. A la lista se añade otro que difiere del modelo de abrir en grandes ciudades: el que se ubica en Vallromanes, dentro del ecoresort del Vallès Mas Salagrós, como primera experiencia del grupo en un ámbito más rural y apartado de metrópolis. Independientemente de su ubicación, todos los centros se sitúan en inmuebles singulares y zonas exclusivas, como una casa victoriana cercana al Covent Garden londinense, y la antigua fábrica de Carlsberg en la capital danesa. ¿La filosofía detrás de las aperturas? “Ser ambiciosos y prudentes”, repite Amadeo Serra desde las oficinas desde las que capitanearán esta expansión. El headquarter sustituye el espacio que la empresa ocupaba en el local que alberga el centro de relajación de la calle Picasso. Su traslado permitirá ganar espacio y trabajadores a la compañía, a la vez que la superficie liberada en el spa se destinará a nuevas instalaciones y maquinaria.
La empresa facturó 69,5 millones de julio de 2022 a junio de 2023, y prevé aumentar la cifra en un 4% en el actual ejercicio
Así, el plan de expansión internacional, con una inversión de 55 millones de euros, se gestionará desde el nuevo cuartel general desde el que la compañía ha empezado a operar en Barcelona. Lo explica Serra desde las nuevas oficinas, en las que trabajan 52 personas en 600 metros cuadrados en la calle Trafalgar. La nueva sede se ha diseñado para permitir que acoja a más empleados, a medida que la compañía experimente el crecimiento que prevé con las nuevas aperturas: “Va a crecer en la medida que queramos crecer fuera”.
Desde el nuevo espacio se capitaneará la expansión de la compañía, que mantiene su sede social en Granada, de donde son originarios sus tres fundadores. Adrián Martínez, Armando Prados y Amós Milton García Orozco son los impulsores iniciales del proyecto, en el que juntos mantienen una participación mayoritaria. Serra explica el motivo por el que la central se ubica en Barcelona: la urbe dispone de las conexiones internacionales que requiere la compañía y facilita la atracción y retención de talento. A nivel global, la empresa cuenta con 900 empleados, 350 de ellos en España. Con la apertura del segundo centro de Nueva York, alcanzará los 1.000 trabajadores, y pasará a 1.500 cuando complete su plan de expansión.
Facturación de 69,5 millones
Con este plan, Aire Ancient Baths prevé incrementar un 4% su facturación en el actual ejercicio, teniendo en cuenta el aumento de ingresos por los nuevos centros pero también el cierre temporal del spa de Tribeca para su reforma. La compañía, que opera en función del año fiscal americano y con ejercicios que empiezan en julio y terminan en junio, facturó 69,5 millones de euros de julio de 2022 a junio de 2023. Serra destaca el peso de los centros del extranjero en estas cifras: 50 millones provienen de facturación internacional, un 72% del total.
Los casi 70 millones del pasado ejercicio superan hasta casi doblar los 40 millones facturados en el de 2018-2019, el previo a la pandemia. Serra explica que registraron un Ebitda positivo durante las restricciones porque los cierres fueron escalonados en función de los países en los que se ubican los centros, y celebra que mantuvieron a toda la plantilla. El Covid sí propició otros cambios: modificó el perfil del usuario. Pese a que sigue siendo mayoritariamente femenino y en pareja —ya sea con la sentimental, con un amigo o familiar—, cada vez registran más visitantes que acuden a relajarse en solitario: “Es un efecto del Covid, darse más tiempo para uno mismo”.
Relajación entre el ajetreo metropolitano
Este plan de internacionalización va acompañado de otra estrategia: la de la sostenibilidad. La multinacional trabaja con proveedores y productos químicos seleccionados con criterios sostenibles, y opera con instalaciones eficientes para reducir el consumo de energía y agua. “Sólo tenemos que aportar el agua que se va en la evaporación”, ya que sus piscinas son sistemas cerrados en el que recircula el agua una vez tratada.
En el actual contexto de sequía, Serra ha avanzado que promoverán medidas de forma proactiva para minimizar el consumo de agua. Así, reducirán la presión de las duchas de los vestuarios. “Vamos a avisar al cliente; es una pequeña aportación”, destaca Serra, poniendo en valor el perfil de sus visitantes. Y es que el usuario de Aire busca una experiencia de relajación en un “ambiente mágico”, que le permita trasladarse a un estado de bienestar pleno, alejado del ajetreo que caracteriza precisamente las grandes ciudades.